Un tratamiento psicológico rara vez puede tener una temporalidad establecida de antemano.
No se basa en soluciones rápidas sino que es más bien un proceso gradual de comprensión y conocimiento de nuestro mundo interno .

Creemos poder conocer a alguien en poco tiempo….y en cambio podemos tardar toda una vida en conocernos a nosotros mismos.
Cada intervención está basada en la exploración profunda de cada caso.

Podría exponer todo un listado de trastornos para que compruebes si lo que a ti te ocurre está dentro de lo que se trata en este centro de psicoterapia, pero quiero evitar que te sientas tan dentro de esa etiqueta que no puedas salir de ella.

La atención psicológica va dirigida a cualquier persona que sufre, que está desconcertada, que presenta determinados desajustes en su comportamiento, que necesita sacar sus emociones y expresar lo que siente….en definitiva, que no es capaz de desarrollar todo su potencial y disfrutar de su bienestar. Y si estás leyendo esto, quizás es porque estás buscando soluciones a tu sentir.

¿Te sientes bloqueado, perdido o sin una dirección clara en tu vida? ¿Sientes una opresión de angustia que te ahoga sin dejarte respirar? ¿Tienes problemas con tu pareja o tus amigos? ¿Necesitas mejorar tus relaciones familiares? ¿Has perdido a la persona más importante de tu vida y no sabes cómo seguir con ese vacío? ¿Estás atravesando el difícil camino de una enfermedad? ¿Quieres gestionar mejor tus emociones o ganar confianza en ti? ¿Quieres quererte? Cualquiera de éstas y otras dificultades están continuamente en nuestros caminos, quizás es lo que te haya hecho encontrarme… quizás… sea una señal.

El primer paso de este proceso es realizar una serie de entrevistas donde puedas exponer lo que te ocurre , que puedas sacar fuera de ti lo que te angustia, para poder a partir de ahí, comenzar a trabajar juntos.
Establecer un compromiso es el siguiente paso, yo lo tengo, y necesito que tú también lo tengas. Es muy importante que nos una este objetivo para poder llevar a cabo tu proceso terapéutico.

«Dad palabra al dolor: el dolor que no habla gime en el corazón hasta que lo rompe». W. Shakespeare