Esta carta es sólo tuya, para ti y por ti, pero puede ser el reflejo de cualquier mujer con la herida de madre abierta.
Mi querida Estrella:
En tu reciente historia reposa mi deseo de sostenerTE, de cuidarTE en la distancia acortando los kilómetros por besos virtuales y abrazos de chocolate caliente en este frío invierno.
No imaginas la angustia de quererte en la distancia mientras mis vacaciones se mezclaban con tu quirófano….No imagino tu sentir en esos momentos ni en los muchos otros por los que atraviesas. Pero quiero tratar de dar comprensión a algo que siendo un mundo desconocido ahora parece ser tu mejor amigo.
Nadie te habló de que de un momento para otro, de golpe, sin darte ni cuenta, tu identidad sería modificada. Ahora no sabes nada de ella…y tienes que aprender de ti lo que no te pueden contar ya que es tu SER el que buscará en profundidades desconocidas.
Se suponía que ibas a dar a luz a dos preciosos bebés que podrías sostener en tus brazos mientras les dabas el pecho, se suponía que te los llevarías a casita a su nuevo hogar, se suponía que dar a luz sería el momento más maravilloso de toda mujer, se suponía que estarías en un éxtasis de felicidad…SE SUPONÍA…
No imagino entrar en quirófano con una barriga que porta dos vidas….y despertar de la anestesia en soledad, en la UCI, sin barriga y sin bebés. Dos bebés prematuros, sanos pero luchando por vivir. Tres días de ausencia y desconocimiento sin reconocimiento de sus ojos…su olor…su tacto….Conocerlos tras el cristal mientras debes conocerTE a ti misma habiendo salvado tu vida. TU VIDA, preciosa. Tu preciosa Vida.
Imagino a una madre que se pregunta: -”¿Dónde quedó esa fantasía de dar a luz y llevarte a tus cachorros a su preciosa habitación recién pintada?” -”¿Dónde colocar el enorme vacío que se ha creado tras parir sin dolor pero entubada?”. -”Soy yo pero, ¿quién soy?” -”Son ellos pero, ¿quienes son?”.
Existe un postparto del que nadie te habla, ese que tiene un color “azul oscuro casi negro” y que está presente en más madres de las que podrías imaginar.
Quizás tu miedo a lo desconocido de ellos y a lo desconocido de ti no te deje sentir con claridad que el vínculo que sólo tú conoces y masticas, se acabará horneando sin que apenas te des cuenta pero mientras tanto…. quizás debas amasar con fuerza esa «masa madre» que te hablará de ti.
El agujero que hay tras un llanto desconsolado y sin descifrar significado se debe a esa separación del corte umbilical que sin darte cuenta has vivido tan abruptamente, que necesitas colocar ese sufrir fuera de ti. Pero mi querida, no olvides que tan sólo es una separación física y que la unión a tus cachorros corresponde a otro orden. A uno superior.
Sigues en fusión con tus bebés preciosa. En el mundo emocional no hay separación. Están absolutamente conectados a tu alma.
Lo que ocurre es que al entrar en contacto con los propios conflictos emocionales te abre la psique y te desgarra emociones confusas, profundas y astilladas sensaciones desconocidas tras el parto. Es la SOMBRA que acecha tu presencia, que quiere salir de ti, que necesita que la veas, que la palpes…no puede ser adormecida ni callada sino que debes perseguirla para correr sus cortinas y que así pueda entrar la luz del sol. A veces, la luz más brillante procede de lugares oscuros.
La sombra según C.Jung se refiere a las partes desconocidas de nuestra psique y de nuestro mundo espiritual. Desconocidas pero nuestras. Tapadas pero reales. Que están ahí esperando salir. Sombras que van a aflorar tras esa desgarrada apertura de dar vida a un nuevo ser.
Nadamos entre polos: amor y odio…luces y sombras…y nuestra psique se posa en un binomio de luz y oscuridad que no todo el que nos rodea comprende.
A todas aquellas personas que acompañan a una mujer que acaba de dar a luz me gustaría poder decirles que intenten comprenderla más allá de sus manifestaciones, más allá de su luz y su sonrisa. Comprenderla en su oscuridad, en sus dudas, en sus miedos, en su «SI pero NO», en su «NO pero SI»….Es necesario comprender sus silencios, comprender su llanto más allá de su queja porque habrá momentos donde ni ella misma pueda ser capaz de reconocer cuál es su queja. Es su sombra la que habla…es su ambivalencia la que grita su amor y su desconcierto…Es su deseo de ser comprendida en todo su ser, como una pequeña niña que lo único que busca es el consuelo de su madre o de su padre sin que tengan en cuenta la travesura que acaba de acontecer. Solo busca la aprobación y el abrazo.
No os asustéis de que aparezcan en ella emociones extrañas, contradictorias, ambivalentes…. Simplemente acompañarla en ese sentir y sostener su desconcierto emocional para que no caiga al vacío. Que no se sienta huérfana ni viuda emocional.
Leed a Laura Gutman y simpelemente, poneros en su piel.
Hay sufrimiento y hay dolor. No os olvidéis de que la recién madre va a mostrar sus aspectos no reconocidos conscientemente asique no le pidáis que os detalle su malestar porque quizás lo tenga que descubrir. Y después podrá poner palabras. Y así hará consciente lo inconsciente. La propia búsqueda.
Winnicott decía que “no existe bebe sin su madre y luego agrega que no hay madre capaz de cumplir con todos los requerimientos del bebé en sus primeras etapas, si no hay un padre o un tercero que haga la función de contener a esa madre”. Es decir, un bebé atendido por una “madre corriente devota” volcada a él y el padre o ese tercero como sostenedor de este vínculo desde su inicio. Así la madre no podrá caer porque es sostenida por un otro.
No temas preciosa porque llegarás a afrontar las sombras con un mayor conocimiento de ti misma. Y lo harás porque asumirás la valentía de enfrentar los propios conflictos internos.
Tienes un cuerpo en dolor, heridas en recuperación, medicación, te sientes fatigada, frágil, quizás algo triste o deprimida…no te exijas en exceso. No hay que sonreír si no tienes ganas, ni tratar de ser amable, ni cumplir con las visitas…todo eso querida, déjalo en otro plano. RECUERDA: LO PRIMERO ES ANTES.
Tratarás de evaluarte constantemente queriendo ser “buena madre”, pero te inscribiré en «El Club de las Malas Madres» para ayudarte a recordar que la culpa no es buena compañera de viaje, y que mejor la desahuciamos a las profundidades donde te va a hacer llegar a ti.
Serán tus propios hijos los que te recordarán (porque ahora no pueden hablarte) que TODO PASA, que muchas madres como tú sintieron exactamente lo mismo, pero nadie les contó que su sentir es producto de su sombra.
Por eso estoy aquí. Para contarte lo no contado.
Voy justo a tu paso. Observando tu caminar detrás de ti. Siguiendo la dirección que me quieras marcar.
Siempre Tuya.
Todos sentimos el anhelo de lo salvaje. Y este anhelo tiene muy pocos antídotos culturalmente aceptados. Nos han enseñado a avergonzarnos de este deseo. Nos hemos dejado el pelo largo y con él ocultamos nuestros sentimientos. Pero la sombra de la Mujer Salvaje acecha todavía a nuestra espalda de día y de noche. Dondequiera que estemos, la sombra que trota detrás de nosotros tiene sin duda cuatro patas.
DOCTORA CLARISSA PINKOLA ESTÉS