CLAVES PARA EXPLICAR A LOS HIJOS LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES

SEPARACIÓN PADRES

Se publicaba recientemente en el Colegio de Psicólogos de Madrid un artículo en el ámbito de la mediación acerca de cómo explicar la separación a los hijos. Recojo algunas ideas y recomendaciones finales de su autor (José González) y plasmo también mis impresiones a cerca de la importancia que tiene explicar a los hijos las decisiones que toman los padres.

SEPARACIÓN PADRESEn muchas ocasiones, los padres tratan de ocultar o camuflar la verdadera intención de separarse pensando que “protegen” así a sus hijos. El sufrimiento es algo que va unido al ser humano, tenga la edad que tenga, y en este caso es mejor explicar que camuflar para que el niño no fantasee o imagine asuntos que nada tienen que ver con la realidad.

Todos los padres que han decidido separarse se plantean en algún momento: ¿cómo se lo contamos a nuestro hijo?  La separación es un proceso complicado en cualquier caso ya que supone una ruptura y una pérdida, pero hay aspectos que los progenitores no deberían olvidar: Siempre es mejor informar a los hijos y nunca meterlos dentro del conflicto.

1-. Es fundamental que la decisión esté firmemente tomada y es entonces cuando se puede dar el paso de informar y explicar a los hijos.

2-. Los padres deben explicar con claridad lo que sucede. Los hijos están preparados para escuchar y poder comprender la situación tengan la edad que tengan. Hay que adecuar las palabras a la comprensión de los hijos pero “poner palabras” siempre es psicológicamente más sano que no ponerlas. Los niños pueden fantasear con las ausencias del cónyuge que se va de casa culpándose así mismo de dicha separación o ruptura.

3-. Las explicaciones deben ser generales, no profundizar en los motivos de fondo de la separación ya que el niño no debe “saber toda la verdad”. La información debe acercarse el máximo a la verdad pero sin entrar en detalles. Es importante distinguir entre la información que se le da al hijo porque le ayuda y le sirve de la información que se le da y que tiene que ver con el deseo personal de agredir al otro cónyuge. La imposibilidad de manejar el propio dolor o malestar por la situación de ruptura nunca debe traspasar al hijo.

4-. Repetirle las veces que sean necesarias que seguís queriéndole como antes, que vuestro amor y cariño por él no ha cambiado ni tampoco va a cambiar por la separación. Consolidar lazos de amor les aporta seguridad.

5-. Es muy importante que se les presente la ruptura como una decisión conjunta y no de forma unilateral ya que se responsabilizaría únicamente a unos de los progenitores. Ambos deben hablar por turnos y en un tono pausado y cálido. En ningún caso se deben mostrar los desacuerdos de la decisión de separase ya que exponer dichos motivos solo puede contribuir a aumentar el dolor en sus hijos.

6-. Hay que explicar que la decisión de separarse significa que los padres van a vivir separados. Que es una decisión que no tiene nada que ver con ellos, pero que estamos convencidos de que es lo mejor para todos.

7-. Informar al niño de quién se va a vivir fuera de casa, dónde, con quién… y, en la medida de lo posible, hacerle partícipe de su nueva casa. Explicar que ahora pasará a tener la casa de mamá y la casa de papá. Preferiblemente explicarles la decisión con tiempo suficiente para que pueda ir aceptando que un cónyuge se irá del domicilio, que no coincida la explicación de la separación con la salida del hogar de forma que sea inesperada para el niño.

8-. Hacerle comprender que se rompe el vínculo entre los padres pero no el vínculo PADRE-HIJO (en caso de que sea el padre quien deja la casa). Explicarle las visitas o días que pasará con él.

9-. Explicar que la decisión que habéis tomado es definitiva, es decir, que no se trata de una pausa o un tiempo… sino que no hay marcha atrás. Que ha sido una decisión muy pensada y meditada.

10-. Es necesario concederles tiempo para que tras la inesperada noticia de la ruptura, puedan ir asimilando y expresando sus emociones y preocupaciones (sean las que sean). Es importante que haya palabras a sus dudas o inquietudes, y descubrir así cuál es su estado emocional.

Algunas cuestiones que se pueden preguntar adaptándolas a la edad de los hijos:

  • ¿Te esperabas la noticia?
  • ¿Qué es lo que te preocupa?
  • ¿Qué te parece nuestra decisión?
  • ¿Cómo te sientes?
  • ¿Puedes hablar de esto siempre que quieras o algo te preocupe?
  • ¿Te da miedo algo?

Algunos ejemplos de “cómo poner palabras” :

  • “Papá y mamá hemos decidido que ya no vamos a vivir juntos”.
  • “A partir de ahora tendrás dos casas: la de papá y la de mamá”.
  • “Podrás ver a tus tíos, abuelos, primos… siempre que quieras”.
  • “Nosotros seguiremos ocupándonos juntos de todo lo que tenga que ver contigo”.
  • “Te queremos mucho y seguiremos queriéndote”.
  • “Siempre te ayudaremos y te cuidaremos”.
  • “La decisión la hemos pensado mucho y no tiene que ver contigo. Tú no tienes la culpa. Mamá y papá lo prefieren así”.
  • “Vas a seguir teniéndonos a los dos”.
  • “Te iremos comunicando los cambios que vayan sucediendo”.

CLAVES PARA QUE TUS HIJOS VUELVAN A LA RUTINA TRAS LAS VACACIONES

… Y tú no tengas que ir directa/o al psicólogo 😛

Vacaciones: dícese de no tener horarios fijos, ausencia de rutinas, incremento de chuches, siestas a deshoras, acostarse a las 12 de la noche, tele… tele… calle, más calle… desayunar a la una del mediodía, jugar… jugar… y jugar.  Septiembre: rutina. Y si hay que pasar de eso a lo otro en un día… ¡Me temo que el descontrol puede ser im-presionante!

Las rutinas para ellos ayudan también a los padres, que todo se vuelva a posicionar aporta orden y facilita los hábitos que han de ir reapareciendo nuevamente. Instaurar un pequeño periodo adaptativo puede resultar de gran ayuda para toda la familia.

Si la vuelta de las vacaciones es difícil y a veces traumática para ti… también lo puede ser para tu hijo/a. Por eso, has de ayudarle facilitándole las cosas y a la vez, te estarás ayudando a ti.

  1. No esperes al día anterior de iniciar el cole para empezar con las rutinas, esto puede resultar un ‘fracaso absoluto’ para toooodaaaa la familia. Unos días antes, ve adoptando algún cambio, no todos a la vez, y en días posteriores ve introduciendo el resto.
  2. Mantén una actitud positiva frente a estos cambios ya que si tus hijos te ven y te sienten de mal humor, pesimista y desmotivado/a… es probable que adopten los mismos estados. No olvides que se miran día a día en ti.
  3. Adelanta la hora de que se vaya a dormir. Imprescindible rutina para que las demás vayan instalándose fácilmente. El primer, segundo y tercer día… ¡te costará sudores! Pero tras ese período poco a poco tu polluelo dejará de resistirse. Te dejo una tabla orientativa de las horas de irse a dormir según las recomendaciones pediátricas. VITAE PSICOTERAPIA
  4. Si ha perdido la rutina de hacer actividades escolares durante el verano, leer un rato antes de acostarse le ayudará no sólo a relajarse e introducirle al sueño, sino que le servirá también a modo de rutina escolar. Mucho mejor que ponerle directamente con las mates después de tanto descanso.
  5. Al igual que con el sueño, adelantar los horarios de las comidas/cenas facilitará mucho la entrada en este nuevo periodo post-vacacional. Es como decirle a nuestro cerebro que sintiéndolo mucho, hay que volver a lo de antes.
  6. Empieza a despertarlo/a antes unos cuantos días previos al inicio del cole, para que llegado el momento, las prisas y el malhumor no invadan tu casa.
  7. Prepara alguna actividad a corto plazo, para el próximo fin de semana tras la vuelta al colegio por ejemplo. Hacer una excursión al campo, quedar con los compañeros del cole o salir en bicicleta en familia puede resultar de gran ayuda en la vuelta a la rutina ya que las metas cortas son muy estimulantes.
  8. Motívale con los nuevos materiales del cole, hazle partícipe en la elección de los mismos, la ropa o uniformes nuevos, háblale con emoción y positividad sobre el nuevo curso y la cuesta… será más llana para todos.
  9. Ten paciencia… sé comprensivo/a con el pequeño porque no se resiste porque sí, ayúdale a comprender qué es lo que ocurre y no sólo porque lo dices tú.
  10. Si nada de esto te ayuda en obtener una vuelta a la rutina calmada y positiva, entonces sí… ¡Llámame y concertamos una cita! 😛

LOS CUENTOS CUENTAN

Cuando en sesión nos cuentan un sueño, es casi como escuchar una narración, un cuento… Nuestro cerebro no puede quedarse con huecos o páginas en blanco y va a tratar en todo momento de narrar historias para dar coherencia y sentido a nuestra existencia, a nuestro vivir.

Los niños son verdaderos narradores de historias. Para Freud, el niño construía una novela sobre sus propios orígenes que le ayudaba a liberar su angustia, ya que continuamente el niño se pregunta si está en buenas manos.

El mundo infantil está poblado de gigantes que hay que dominar y de brujas a las que hay que vencer” A. Storr

El mundo interior del niño es como un gran puzzle en el que él mismo debe ir cogiendo y seleccionando las piezas hasta formarlo por completo. Las grandes cuestiones filosóficas que dejan sin respuesta a muchos de sus progenitores, van encaminadas a dar sentido no solo a su existencia sino al mundo en general. Por todo ello, la educación de un niño es la de ayudarle a encontrar sentido en la vida. Son necesarias muchas experiencias a lo largo de todo el desarrollo para aprender a comprenderse mejor, para ser capaz después de comprender a los otros. Solo así desde niños somos capaces de establecer relaciones llenas de significado.

“SOLO LA ESPERANZA PUEDE SOSTENERNOS EN LAS ADVERSIDADES CON LAS QUE, INEVITABLEMENTE, NOS ENCONTRAMOS”.

Las primeras experiencias que promueven esa CAPACIDAD DE APRENDER A ENCONTRAR SENTIDO a su vida y a la vida en general, vienen dadas por los padres y aquellos que ejercen la función de cuidadores.

Nuestra herencia cultural es otro de los factores claves en la transmisión del sentido de la vida. Y en este sentido, cuando somos pequeños, la literatura es la que mejor aporta esta información. Pero me refiero a una literatura en concreto y no a aquella que tan solo aporta hábito en la lectura o la adquisición de reglas… Debe ser una lectura que aporte algo importante a la vida de uno. Y esta labor es de LOS CUENTOS DE HADAS: verdaderas obras de arte en las que su significado más profundo será distinto para cada persona e incluso para la misma persona en diferentes momentos de su vida.

Los cuentos de hadas (muchos de ellos sin hadas) enriquecen vidas, estimulan imaginaciones, elaboran conflictos, eliminan ansiedades, clarifican emociones presentando la realidad tal cual es: el amor mezclado con el odio, la angustia, el sufrimiento, el miedo a ser abandonado, la vejez, la muerte: el mundo en que vivimos y que muy a menudo los adultos tratamos de ocultar.

Pulgarcito, la Cenicienta, Blancanieves, Hansel y Gretel, los Tres Cerditos y muchos otros ayudaron a que, en nuestro interior, dejaran de rugir las pulsiones y sentimientos más voraces que no sabíamos colocar. Nos ayudaron a reconocer nuestras dificultades al mismo tiempo que nos proponían soluciones a lo que nos inquietaba. Tomaban muy en serio los conflictos que vivimos de niños, sin negarlos u omitirlos.

El niño va observando el mundo en el que vive y se va haciendo preguntas, muchas de ellas acerca de su seguridad en él. Amar intensamente a los padres y a la vez detestarlos, genera un malestar increíble. Esta ambivalencia, el cuento la permite vivir sobre la ficción. Si son sus padres los que cuentan el cuento, el niño deduce que ellos aprueban sus pensamientos más inconfesables. Esta seudo aprobación de su intimidad le ayuda a tener confianza en sí mismo primero, para aprender a confiar en la vida después.

«El niño necesita que se le dé la oportunidad de comprenderse a sí mismo en este mundo complejo con el que tiene que aprender a enfrentarse, precisamente porque su vida, a menudo, le desconcierta. Para poder hacer eso, debemos ayudar al niño a que extraiga un sentido coherente del tumulto de sus sentimientos. Necesita ideas de cómo poner en orden su casa interior y, sobre esta base, poder establecer un orden en su vida en general. Necesita aprender las ventajas de una conducta moral, no a través de conceptos éticos abstractos, sino mediante lo que parece tangiblemente correcto y, por ello, lleno de significado para el niño». B.Bettelheim

Al hacer referencia a los problemas humanos universales, especialmente aquellos que preocupan a la mente del niño, estas historias hablan a su pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo, mientras que, al mismo tiempo, liberan al preconsciente y al inconsciente de sus pulsiones.

“Para poder dominar los problemas psicológicos del crecimiento —superar las frustraciones narcisistas, los conflictos edípicos, las rivalidades fraternas; renunciar a las dependencias de la infancia; obtener un sentimiento de identidad y de autovaloración, y un sentido de obligación moral—, el niño necesita comprender lo que está ocurriendo en su yo consciente y enfrentarse, también, con lo que sucede en su inconsciente”.

Bettelheim quiere señalar así que desde niños aprendemos a comprender no racionalmente sino dando orden y fantaseando sobre el significado de la historia y sus elementos significativos. En este sentido, los cuentos de hadas tienen un valor inestimable, puesto que ofrecen a la imaginación del niño nuevas dimensiones a las que le sería imposible llegar por sí solo.

Muchos padres creen que los niños únicamente deberían estar en contacto con el lado bueno de las cosas, la parte de realidad consciente y no con sus angustiosas fantasías inconscientes.

El psicoanálisis se creó para que el hombre fuera capaz de aceptar la naturaleza problemática de la vida sin ser vencido por ella o sin ceder a la evasión. Freud afirmó que el hombre solo logra extraer sentido a su existencia luchando valientemente contra lo que parecen abrumadoras fuerzas superiores.

Y ésta es precisamente la clave del mensaje que los cuentos de hadas transmiten a los niños: que la vida presenta serias dificultades que hay que combatir y luchar, que son inevitables y que tarde o temprano nos toparemos de bruces con ellas. Y que si nos enfrentamos a ellas, seguros de nosotros mismos, atravesando con esfuerzo los obstáculos muchas veces injustos, podremos salir finalmente victoriosos.

“Si deseamos vivir, no momento a momento, sino siendo realmente conscientes de nuestra existencia, nuestra necesidad más urgente y difícil es la de encontrar un significado a nuestras vidas. Como ya se sabe, mucha gente ha perdido el deseo de vivir y ha dejado de esforzarse, porque este sentido ha huido de ellos. La comprensión del sentido de la vida no se adquiere repentinamente a una edad determinada ni cuando uno ha llegado a la madurez cronológica, sino que, por el contrario, obtener una comprensión cierta de lo que es o de lo que debe ser el sentido de la vida, significa haber alcanzado la madurez psicológica. Este logro es el resultado final de un largo desarrollo: en cada etapa buscamos, y hemos de ser capaces de encontrar, un poco de significado congruente con el que ya se han desarrollado nuestras mentes”. Bruno Bettelheim, Psicoanálisis de los Cuentos de Hadas.